Educación y Salud Adolescente Advierten por la falta de sueño en estudiantes  Un estudio presentado en la Universidad Torcuato Di Tella reveló que, según la época del año, entre el 46% y el 97% de las escuelas secundarias del turno mañana inician las clases antes del amanecer. Especialistas explican cómo este desfasaje impacta en el aprendizaje y qué alternativas se evalúan a nivel nacional.
Durante la adolescencia se produce un cambio fisiológico que vuelve a los jóvenes más nocturnos. Investigaciones en cronobiología señalan que el sueño se retrasa naturalmente entre los 13 y los 20 años, lo que genera la necesidad de descansar al menos ocho horas para sostener la atención, el aprendizaje y la salud emocional.
Sin embargo, los horarios escolares en Argentina funcionan en sentido contrario a ese ritmo biológico. Según la especialista del Conicet María Juliana Leone, el descanso de los estudiantes queda atrapado entre el cronotipo nocturno y la necesidad de ingresar temprano a la escuela, lo que produce un descanso insuficiente y un desfasaje entre el reloj interno y las obligaciones diarias. Un estudio reciente de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) presentó el primer Mapa Nacional de Horarios de Inicio Escolar, elaborado a partir de datos del Relevamiento Anual 2024. El informe analizó 11.168 escuelas secundarias del turno mañana en todo el país y determinó que el horario promedio de entrada es 7:31, con más del 75% de las instituciones iniciando antes de las 8.
El relevamiento también comparó la hora de ingreso con la salida del sol. Se observó que el 46,6% de las escuelas comienza antes del amanecer el 20 de abril, y que ese porcentaje supera el 90% en 22 jurisdicciones el 20 de junio, cuando el amanecer es más tardío. En promedio, los adolescentes argentinos inician las clases “de noche” 85 días al año, aunque en algunas provincias el número supera los 100 días.
Las investigaciones mencionan que la falta de sueño impacta directamente en el rendimiento cognitivo, el ausentismo, la regulación emocional y la posibilidad de sostener la atención en las primeras horas del día.
Ante este escenario, especialistas plantean diferentes alternativas. Una es atrasar la entrada escolar para alinearla mejor con la fisiología adolescente, una medida aplicada en estados de Estados Unidos con resultados positivos en asistencia y rendimiento académico. Sin embargo, en Argentina la propuesta presenta desafíos logísticos: reorganización de turnos, impacto en las escuelas que comparten edificios y dificultades con los horarios laborales de las familias.
Otra opción es modificar el huso horario oficial. El diputado Julio Cobos impulsa un proyecto para que el país adopte el huso UTC-4, argumentando que permitiría un mejor aprovechamiento de la luz solar durante la primera hora de clases. Esta medida evitaría cambios en la organización interna de las escuelas, aunque requiere consenso político.
También se analizan alternativas dentro de la estructura escolar actual, sin mover el horario de entrada. Entre ellas, ubicar a los cursos superiores en aulas con mayor entrada de luz natural durante las primeras horas, y evitar dictar materias complejas como Matemática o Física al inicio de la jornada, cuando los estudiantes se encuentran más somnolientos. En cambio, se aconseja comenzar con actividades más livianas o que incluyan movimiento y exposición solar.
Los especialistas coinciden en que cualquier cambio debe acompañarse con educación sobre higiene del sueño para estudiantes y familias. La exposición prolongada a pantallas, los horarios irregulares y las rutinas nocturnas dificultan el descanso, por lo que mejorar esos hábitos es clave para que las medidas escolares tengan efecto.
El debate sobre el horario escolar continúa abierto, con el objetivo de generar mejores condiciones para el aprendizaje y el bienestar de los adolescentes en todo el país, incluida la región de Corrientes.Lunes, 17 de noviembre de 2025
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