10 de junio Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico  Tiene las alas salpicadas de islotes Es nuestra bella del mar. La Patria la contempla desde la costa madre con un dolor que no se va…
Así comienza, con esta primera estrofa, el poema de José Pedroni “Las Malvinas”; es uno de los más bellos escritos que captura en unos cuantos versos el reclamo argentino sobre las islas. ¿Por qué el 10 de junio? Esta fecha recuerda la creación en 1829 de la "Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico", por decreto del Gobernador Interino de la Provincia de Buenos Aires, Brigadier General Martín Rodríguez, mediante el cual las Provincias Unidas reafirman sus derechos de soberanía sobre dichos territorios en virtud del derecho de Primer Ocupante, la proximidad geográfica y por el consentimiento de las primeras potencias marítimas de Europa. La Ley N° 20. 561 sancionada el 14 de noviembre de 1973 establece el 10 de junio como el Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico Argentino, a fin de conmemorarse tal día en los establecimientos de enseñanza de todos los ciclos, del Estado y particulares, unidades y oficinas de las Fuerzas Armadas, sedes judiciales y dependencias de la administración pública, dentro y fuera del territorio con acciones que recuerden el reclamo del territorio. Después del conflicto de 1982 puede parecer que el reclamo sobre las islas no tiene legitimidad pero, por el contrario, ese conflicto no hizo sino poner en primer plano una serie de acciones diplomáticas para recuperarlas que hasta ese momento no se conocían masivamente. Los argumentos esgrimidos por Argentina se apoyan en tres puntos principales:
Ubicación geográfica: El archipiélago Islas Malvinas se halla ubicado en el Atlántico Sur, íntegramente situado dentro de la plataforma submarina argentina, es decir, que está unido por un zócalo submarino no mayor de 200 metros de profundidad, con la Patagonia. Nuestra plataforma submarina las contiene y las ubica como dependencia de nuestro territorio. Su distancia a Buenos Aires es de aproximadamente 1.800 Km; a la boca del estrecho de Magallanes cerca de 500 Km y al Puerto de Río Gallegos aproximadamente 600 Km.
Herencia hispánica: La soberanía argentina sobre las Islas Malvinas tiene su origen en el derecho español sobre los territorios americanos, y se hereda con nuestra Independencia. En cambio, el Reino Unido de Gran Bretaña sólo puede argumentar como derecho el adquirido por el uso de la fuerza.
Reconocimiento internacional: El reclamo argentino ha sido tradicionalmente respaldado por los países de la región y por relevantes organismos internacionales, incluyendo la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos; de hecho, en 1965 se emite la resolución 2065 calificándolo como justo reclamo. A ello se agregan los numerosos y permanentes pronunciamientos de múltiples organismos como las Cumbres Iberoamericanas, la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), el MERCOSUR, las Cumbres de Países Sudamericanos y árabes y de Países Latinoamericanos y Africanos, todos los cuales insisten en renovar el llamamiento a ambas partes a reanudar las negociaciones para poner fin, de manera pacífica y justa, a la disputa de soberanía. Pero veamos en detalle la base de los derechos argentinos en lo histórico y en lo jurídico. Durante el siglo XVI, tras la llegada de los europeos a América, las Bulas Papales establecían los derechos de España sobre los territorios descubiertos, y le adjudicaban "todas aquellas islas y tierras firmes, encontradas y por encontrarse, descubiertas y que se descubran, hacia el occidente y hacia el mediodía", imaginando y trazando una línea que se fijaba a cien leguas de la isla septentrional de las Azores. Como las Islas Malvinas se hallan incluidas en la zona descripta, "España no necesitaba descubrir las islas para tener sobre ellas pleno derecho, cualquiera que fuese el descubridor". De igual manera, las islas habían sido descubiertas por españoles y lo prueba la cartografía de la época. Mucho después, los ingleses atribuyen el descubrimiento de las islas a referencias imprecisas de John Davis en 1592, aunque la cartografía inglesa de la época no las registra.
El primer ocupante efectivo del Archipiélago sería el francés Luis Antonio de Bougainville, quien llegaría a Malvinas en 1764. Un año después, el inglés John Byron exploraría la isla Trinidad y en enero de 1766 los británicos establecerían un puerto, al que llamaron Egmont. Los españoles reclamaron sus derechos ante Francia, que reconoció la soberanía de la Corona hispánica tanto en virtud del descubrimiento como por las cláusulas del Tratado de Tordesillas (1494), evacuando la isla el 2 de abril de 1767, sin oposición británica, aunque en 1771 ocuparían nuevamente Egmont.
En mayo de 1774, en cumplimiento de un pacto secreto con España, los ingleses abandonan las islas y España continuaría ocupándolas hasta que Buenos Aires rompiera vínculos con ella y asumiera el control efectivo de todos los territorios. En 1810, el primer gobierno argentino ya tomaba su primera resolución relacionada con las Malvinas.
La época hispánica duraría de 1767 a 1811, sucediéndose ininterrumpidamente veinte gobernadores de las islas de los cuales 2 serían criollos. Es una época de importancia, pues durante ella Inglaterra declinaría sus pretensiones ante los derechos hispánicos, reconocidos por Francia en 1767, y tácitamente por los ingleses en 1774, cuando abandonaron las islas, desde Puerto Egmont.
En 1820, Londres reconoció la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y firmó con Buenos Aires un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación en 1825. En ninguno de ambos instrumentos jurídicos hizo reclamos o reservas del legado histórico de la nueva República Argentina, la cual a partir del 10 de junio de 1820 hizo efectivo el control político sobre las Islas Malvinas y otros territorios insulares en el Atlántico Sur. El 6 de noviembre de 1820 fue izada por primera vez la bandera argentina en las Islas Malvinas por el nuevo gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, como reafirmación de su derecho a las anteriores posesiones españolas.
Luis Vernet sería el primer gobernador argentino: ocuparía su cargo el 10 de junio de 1829 y prohibiría la pesca en toda la zona; detendría en 1831 a la goleta norteamericana Breakwater por no respetar dicha ley. Estados Unidos envió entonces un navío de guerra (USS Lexington) que en ese momento estaba en la zona del Río de la Plata. El USS Lexington navegó hacia las islas, destruyó todas las instalaciones militares, tomó prisioneros a la mayoría de los habitantes y se retiró, declarando que las islas carecían absolutamente de gobierno. Fue el principio de un conflicto que aún no se resuelve. El 10 de septiembre de 1832, Buenos Aires designaría un nuevo comandante militar en las Malvinas y enviaría una cañonera, la ARA Sarandí, para reparar los daños y restablecer el orden. Así fue que desembarcó el segundo gobernador, pero dos meses después, mientras la cañonera se alejaba de las islas, la guarnición se rebeló y lo mató. Entonces la Sarandí regresó y trató de reprimir a los amotinados. Pero al mismo tiempo, la corbeta británica Clio apareció en Puerto Soledad, enviada para consolidar la soberanía británica en las islas aprovechando la desorganización provocada por el incidente de la USS Lexington. El capitán de la Clio informó al capitán Pinedo, de la Sarandí, que la bandera británica remplazaría a la argentina a partir del día siguiente, 3 de enero de 1833. Pinedo expresaría su desacuerdo, pero no pudo resistir ante la fuerza superior. No hubo disparos, y dos días después la Sarandí abandonaría las islas llevándose a los soldados argentinos, los convictos de la colonia penal de San Carlos y algunos de los pobladores argentinos.
Así fue que las islas fueron declaradas colonia de la Corona Británica en 1840, y el primer gobernador británico, el teniente Richard Moody, partió desde el Reino Unido en 1841. Después, se desarrollaría una pequeña comunidad agrícola y Gran Bretaña mantendría la ocupación.
En 1982 las tensiones desembocarían en un conflicto bélico que produciría profundos cambios en la región; el 2 de abril de 1982 dio comienzo una guerra que terminó con la vida de 648 soldados argentinos y 255 ingleses, dejando heridos a 1.063 combatientes argentinos y 777 británicos. Este conflicto culminaría con el triunfo de Inglaterra que contó en todo momento con el apoyo de Estados Unidos y los países integrantes de la Comunidad Europea. La República Argentina se encontró aislada internacionalmente. Esta derrota pondría fin a las ambiciones de las autoridades militares y permitiría el retorno de la democracia. Desde entonces y cada año se conmemora la designación de Luis Vernet como gobernador argentino en las Islas Malvinas, como un hito más entre los muchos y fundados antecedentes que dan apoyo a los reclamos de la soberanía Argentina sobre el archipiélago. Es también el 10 de junio, pero de 1770, una fecha importante en la historia; en esa fecha los españoles habían expulsado a los ingleses que se establecieron en una de las islas de la Gran Malvina. Con respecto a este acontecimiento, se habían activado los preparativos para la expedición armada a "Puerto Egmont" el 8 de mayo, al mando de Madariaga. Se componía de cinco fragatas, alrededor de mil quinientos hombres y tren de artillería. La guarnición inglesa estaba reducida a la corbeta Favourite, cuando los navíos españoles arribaron el 8 de junio. Los ingleses no se resistieron, entregaron las islas y firmaron una capitulación, donde los soldados y demás súbditos debían abandonar las islas.
El 16 de agosto España, para no entrar en guerra con los ingleses, entrega nuevamente el fuerte al capitán del navío Juno, donde volvieron a establecerse los ingleses, para luego abandonar las islas definitivamente en 1774.
En 1833, los británicos usurpan las Islas Malvinas, pero ya no sería a España, sino a la nueva Nación, Argentina. Sin embargo, ese mismo año una figura se alzaría en las islas reclamando el izamiento de la bandera argentina: el gaucho Antonio Rivero, un entrerriano que vivía en las islas y encabezaría un alzamiento de armas en protesta por esa usurpación. Si bien conseguiría una esporádica victoria, no recibiría ayuda desde Argentina debido a la guerra civil. Se encontró solo y sería traicionado por un compañero; en febrero de 1834 lo someterían a juicio en Londres y lo exonerarían por falta de pruebas. Retorna a su tierra y muere olvidado. Recién el 28 de diciembre de 1966 una escuela en Salta llevaría su nombre.
Lamentablemente, a pesar de la permanente voluntad negociadora argentina, el Reino Unido continúa desoyendo los llamados a la comunidad internacional, no sólo mantiene la situación colonial sino que persiste en la realización de innumerables actos ilegales unilaterales, mediante la explotación ilícita de los recursos naturales renovables y no renovables argentinos, a la vez que consolida una creciente militarización en el Atlántico Sur. Sin embargo, el cuerpo diplomático argentino no ceja en su esfuerzo por recuperar las islas, sigue en su justo reclamo por el retorno del territorio usurpado. Y tal como reza en sus últimos versos el ya célebre poema de José Pedroni que presentamos en este artículo:
…Hasta que el barco patrio no ancle entre sus alas, ella se llama Soledad.
Fuente:elbibliote.com Miércoles, 10 de junio de 2015
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