Salud Animate a donar sangre  No se trata de hacerlo solamente cuando un familiar o amigo lo necesita, podés dar sangre voluntariamente y conectarte con tu generosidad.
Donar sangre es uno de esos actos de la vida que te dejan con la sensación de haber hecho algo por alguien. Es realmente una acción desinteresada, y eso te llena de energía. Sin embargo, la mayoría de nosotras lo hacemos menos de lo que podríamos. ¿Por qué? Básicamente, porque vamos a donar, por lo general, cuando lo necesita un familiar o amigo.
Por eso, está bueno que sepas que podés ser "donante habitual", es decir, ir regularmente a los bancos de sangre y donar para que la sangre quede "reservada" y pueda ser dividida -plasma, plaquetas, sangre- y utilizada para más de una persona. Requisitos
Este procedimiento, en principio, es completamente seguro, no podés contagiarte ningún tipo de enfermedad o virus. Para que así sea, los donantes, que deben ser de entre 18 y 65 años, tienen que estar libres de antecedentes personales de hepatitis viral, alteraciones en el funcionamiento del corazón o haber tenido enfermedades que puedan ser transmitidas por medio de la sangre. Incluso no te podés presentar si tuviste en esos días síntomas como diarrea, dolor de garganta o fiebre ni si tomaste aspirina, antibióticos, analgésicos o antiinflamatorios durante esa semana y/o la anterior. Además, no se puede estar anémica ni embarazada, y un requisito clave es pesar más de 50 kilos.
Lo bueno es que, a diferencia de las extracciones normales (las que se hacen cuando el médico te pide un análisis), no hace falta que estés en ayunas. Además, en muchos lugares puede hacerse en horario extendido, con lo cual no es necesario que te levantes muy temprano o llegues tarde al trabajo.
El procedimiento
Está bueno que te enteres un poco más sobre el camino que deben hacer vos y tu sangre para poder ayudar a otros. Lo primero, es acercarse a un hospital o banco de sangre. Seguramente tendrás que responder algunas preguntas de rutina. Después, pasás directo a la sala para que se realice la extracción, que dura aproximadamente unos 10 o 15 minutos, y durante la cual te sacan menos del 10 por ciento del volumen sanguíneo total, es decir, entre 400 y 450 mililitros. Cuando termina, podés irte, siempre que te sientas en condiciones. Si bien no es doloroso (no más que una extracción normal), puede bajarte un poco la presión. De ahí en más, tu sangre comienza un proceso bastante interesante en el cual intervienen personas y máquinas que, por último, terminarán discriminando los componentes para que lleguen a una gran cantidad de personas que lo necesitan. Pasados los tres meses, podés repetir la extracción. En el caso de las mujeres, se recomiendan tres por año.
Cómo estamos como país
Mientras que en muchos países la donación voluntaria ocupa un lugar central en la agenda de los ministros de Salud, acá hace poco tiempo que se empezó a difundir este tema. Más allá de la cuestión técnica, está bueno comunicar entre los amigos y los familiares que donar sangre está buenísimo. Es una oportunidad para que puedas sentirte generosa y empoderarte con un acto desinteresado, que sólo tiene como objetivo salvar vidas.
Fuente: revistaohlala.
Miércoles, 1 de febrero de 2012
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