Dr. Juan José Cilia Hablemos del estrés  El estrés es un componente normal de nuestra vida y es necesario para disfrutar de ella. Esto es cierto, pero dentro de ciertos límites, más allá se convierte en distrés o estrés malo. Es aquí donde paulatinamente y sin darnos cuenta nos invade provocando múltiples alteraciones, que al comienzo son leves, pero al final termina por producir enfermedades diversas.
Todos los seres humanos experimentamos estrés: miedos, preocupaciones y ansiedades. Esto es normal y es parte de la vida.
¿Pero qué es el estrés?
Es la respuesta que tiene el organismo ante cualquier demanda. Las demandas son parte de la vida misma, lo que hay que hacer, es aprender a responder correctamente a las mismas y mantener el equilibrio emocional (hay que tener capacidad para reaccionar) El estrés es el motor de la vida y no siempre es nocivo. Puede ser bueno (euestrés) o malo (distrés) El bueno puede ser una motivación para alcanzar objetivos. El estrés malo se caracteriza por un estado de fuerte tensión que puede dejar daños (enfermedades) por lo que hay que controlarlo. ¿Qué son los factores estresantes?
También conocidos como estresores, estresogenos o agentes estresantes, son todas las circunstancias de la vida que nos afectan de alguna manera (nos emocionan, nos agreden y desgastan) A veces el factor estresante aparece de forma aguda y es de corta duración (como el timbre de un despertador, incendio de la casa, un accidente) otras veces la persistencia es sostenida (como contraer una deuda, tener una mala relación laboral etc.) es el estrés crónico. El estrés agudo puede interpretarse como una amenaza, pero puede salvar la vida, el estrés crónico es el que deja secuelas y la capacidad de reaccionar es distinta en cada individuo.
FASES DEL ESTRÉS:
Alarma: es el momento del aviso de que el factor estresante está apareciendo. La persona afectada está lista para defenderse, el cuerpo se pone tenso.
Resistencia: en esta etapa suelen aparecer las consecuencias que ocasionan el desequilibrio.
Agotamiento: aparece la fatiga la ansiedad hasta la depresión. Lo peligroso de esta etapa es que el sistema inmunológico suele claudicar (las defensas no funcionan y aparecen enfermedades)
¿Cuáles son las manifestaciones del estrés?
Perdida o disminución de la capacidad intelectual, taquicardia, irritabilidad, insomnio, depresión, hipertensión arterial, trastornos digestivos (digestión lenta, acidez, meteorismo, diarreas etc.)
¿Qué enfermedades ocasiona?
Jaquecas, infecciones frecuentes, contracciones musculares, fatiga, dificultad para respirar, preocupación, inseguridad, depresión, apatía, temor intenso, se acentúa el consumo de alcohol y tabaco, intranquilidad etc.
¿Cuáles son las claves para alejarse del estrés?
Elegir pensamientos positivos: Los pensamientos optimistas contribuyen a una mejor disposición y son fundamentales para obtener una vida saludable.
Descansar bien: dormir entre siete y ocho horas por día. El sueño reparador es fundamental.
Alimentación correcta: La dieta debe ser equilibrada, hay que aumentar el consumo de verduras, frutas, cereales integrales y reducir el consumo de azucares, grasas y condimentos e ingerir por lo menos dos litros de agua por día.
Realizar actividad física: especialmente la aeróbica. Ayuda a relajarse, genera endorfinas y aportan sensaciones positivas. Aprender a tomar decisiones: no hay que tener dudas, la incertidumbre es mala para generar respuestas correctas siempre es conveniente tomarse un tiempo para responder con más precisión.
Tener una buena relación interpersonal: es bueno para combatir el estrés. No es conveniente estar solo.
Evitar el tabaco: al fumar no se alivia el estrés, además, produce adicción y cáncer.
Desterrar los sentimientos negativos: son siempre dañinos. El rencor, el odio, la ambición, no aportan beneficios para el estrés por el contrario lo acentúa.
Evitar el consumismo: quedar atapado en una conducta adictiva genera estrés. Vivimos en una sociedad de consumo y todo está preparado para consumir
¿Cómo hay que hacer para afrontar el estrés?
No se trata de evitar el estrés, sino de manejarlo adecuadamente y esto es fácil hacerlo. Es poco probable que podamos cambiar las cosas, pero es posible que modifiquemos nuestra reacción frente a ellas y mejorar nuestra calidad de vida.
Sin estrés no habría vida. El aumento de estrés aumenta la productividad, pero hasta cierto punto, cuando sobrepasamos ese nivel, comenzará a transformarse en letal, es semejante a la tensión de una cuerda de violín, si es insuficiente, el sonido es apagado y si es excesivo, el sonido se convierte en chirrido o se rompe la cuerda. De igual manera, todos necesitamos la cantidad adecuada de estrés, mientras transitamos nuestras actividades cotidianas. El estrés suele ser percibido como una amenaza desagradable, pero no siempre es necesariamente malo. Ganar una carrera o una elección puede ser tan estresante como perderla, pero probablemente no tenga las mismas consecuencias. El haber intentado, genera tranquilidad.
Gestionar las debilidades
Reconocer nuestras debilidades nos hace fuertes. Una persona segura con una estima sana no tiene miedo de ser vulnerable. Cuando somos capaces de afrontar nuestras debilidades nos volvemos fuertes. De este modo podemos transformar el no me animo en yo puedo haciendo realidad nuestros proyectos y sueños.
Dr. Juan José Cilia. Pediatra MP 1771. Lunes, 16 de mayo de 2022
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