¿Quieres un ejemplo? ¿Aceptar la derrota?  En general hay que luchar por lo que se quiere a pesar de las dificultades que uno se encuentre en el camino pero hay situaciones en las que no es posible lograr lo que buscamos, al menos en un momento dado. En estos casos muchas veces lo mejor es retirarnos de la batalla dignamente pero no para ir a sentarnos a un rincón a llorar y compadecernos de nosotros mismos sino más bien para mejorar, aprender y practicar, para poder volver un día y tener la capacidad de vencer como los grandes.
El ser humano es capaz de lograr hazañas asombrosas, cosas que las mayoría pensaba que eran imposibles y todo esto se construye a base de entrenamiento, de práctica, de sangre, sudor y lágrimas. Las personas que son buenas en algo lo son porque han fracasado no una sino miles de veces, se han aferrado a su sueño y han hecho hasta lo imposible por cumplirlo. Han aprendido hasta el último detalle de lo que les apasionaba y lo han intentado tanto pero tanto que han terminado por lograrlo. Y no son solo palabras lindas los estudios científicos señalan que a la larga el talento no significa nada, la verdadera maestría viene de la práctica, de verdad es cierto que la práctica hace al maestro.
Habrán momentos muy difíciles, momentos en los que nadie creerá en ti, en los que querrás tirar la toalla no una sino miles de veces pero hay que seguir intentándolo hasta alcanzarlo. Si es importante para ti este es el precio a pagar. Si no hay avance significativo, quizás es momento de alejarse un poco, de buscar a alguien que a uno lo pueda guiar, alguien que conozca el camino: muchas veces fracasamos no por falta de ganas sino por falta de saber cómo funcionan las cosas realmente. Y luego práctica, mucha práctica.
Si al final te rindes que sea porque te das cuenta de que no es lo que imaginabas que era o porque te das cuenta de que eso no va contigo o porque ya no es importante para ti, pero no lo hagas por miedo, por vergüenza, por el que dirán o por cualquier otra excusa que puedas inventar. Porque esto te perseguirá el resto de tus días. Al final uno no se arrepiente tanto de los fracasos como de las cosas que nunca intento o las que abandono antes de tiempo.
Hagas lo que hagas, haz que valga la pena para ti, que sea algo que te haga sentir orgulloso de ti mismo. El éxito personal no se mide por lo que uno logra sino por las dificultades que uno vence para alcanzarlo. ¿Quieres un ejemplo? Nick Vujivic.
(haciendolosimple.com)Lunes, 4 de noviembre de 2013
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