Los nacidos el 6 de diciembre parecen capaces de extraer lo mejor de cada situación, y tienen un ojo infalible a la hora de distinguir un diamante en bruto. Por ejemplo, quizá detecten una ventaja económica —digamos una oportunidad de mercado— o intuyan el potencial de una empresa, un individuo o una idea, sólo con mejorar su orientación. Cuando los nacidos este día ven una rendija de luz del día, van hacia ella sin titubear.

No son muy creativos, resultan más eficaces como gerentes, negociadores, reorganizadores y, por encima de todo, expertos en desarrollar o mejorar las ideas o los procesos existentes. Perciben enseguida lo que debe sustituirse o reajustarse. Raramente se aferran a algo después de que haya cumplido con su cometido o cuando deja de ser útil. Sin embargo, aunque esta actitud puede irles bien en su actividad comercial o profesional, les creará problemas en sus relaciones personales. Si consideran que una amistad o una relación amorosa no va bien, les parece mejor ponerle fin antes de que las cosas empeoren más. Los amigos o amantes que consideren que la relación sigue mereciendo la pena, o al menos que podría salvarse, pueden llevarse un disgusto.