Un hito en la Iglesia Católica del siglo XXI Carlo Acutis ya es santo: el primer millennial canonizado por la Iglesia  El papa León XIV presidió la emotiva ceremonia en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles. Junto a Acutis, también fue canonizado Pier Giorgio Frassati, joven italiano fallecido en 1925. Ambos se convierten en referentes de fe para las nuevas generaciones.
Este domingo, la Plaza de San Pedro fue escenario de un momento histórico para la Iglesia Católica: la canonización de Carlo Acutis, considerado el primer santo de la generación millennial. La ceremonia, presidida por el papa León XIV, congregó a decenas de miles de fieles de todo el mundo, muchos de ellos jóvenes, en una jornada marcada por la emoción y el fervor religioso.
Acutis, nacido en Londres en 1991 y fallecido a los 15 años en Milán, Italia, tras luchar contra una leucemia fulminante, fue beatificado en 2020 por el papa Francisco. Su canonización había sido postergada tras el fallecimiento de Francisco, pero finalmente se concretó este 7 de septiembre en una liturgia solemne que también consagró como santo a Pier Giorgio Frassati, joven italiano fallecido en 1925 y beatificado en 1990. La ceremonia comenzó a las 10:00 (hora local) con la tradicional fórmula en latín que inscribió a ambos jóvenes en el libro de los santos, permitiendo el inicio de su veneración universal. En su homilía, el papa León XIV destacó que tanto Carlo como Pier Giorgio son “santos de la calle, cercanos, cotidianos, ejemplos de cómo vivir la fe en el mundo actual”.
Carlo Acutis ha sido apodado el “influencer de Dios” o el “ciberapóstol” por su uso creativo y evangelizador de la tecnología. Desde pequeño, combinó una intensa vida espiritual con una pasión por la informática, diseñando sitios web para su parroquia y una exposición digital sobre milagros eucarísticos que aún puede visitarse online. Su vida fue un testimonio de fe sencilla y comprometida: asistía a misa diaria, rezaba el rosario, ayudaba en comedores populares y compartía su tiempo con personas en situación de calle.
“Carlo era un niño normal y corriente como los demás, pero con una cualidad extraordinaria: le dio prioridad a Jesús en su vida”, recordó su madre, Antonia Salzano, en diálogo con Reuters. Su testimonio se volvió fuente de inspiración en escuelas y parroquias de todo el mundo, donde jóvenes reproducen escenas de su vida y reflexionan sobre su legado.
La Iglesia reconoció oficialmente dos milagros atribuidos a su intercesión: la curación de un niño brasileño y la recuperación total de una adolescente costarricense tras un grave accidente. Ambos casos fueron fundamentales para su canonización.
Por su parte, Pier Giorgio Frassati, hijo del fundador del diario La Stampa, fue canonizado luego del reconocimiento de un segundo milagro: la sanación inexplicable de un joven estadounidense en coma. Frassati dedicó su vida a ayudar a los pobres, practicó alpinismo y vivió según el lema “Verso l’alto” (Hacia lo alto), símbolo de su espiritualidad activa y alegre.
La canonización de estos dos jóvenes apunta a acercar la fe a las nuevas generaciones. “Este santo es increíble, y además tan joven. Podemos presentarlo como ejemplo para nuestra gente, porque todos estamos llamados a la santidad”, expresó el padre Jacinto Bento, sacerdote portugués presente en la ceremonia.
En Asís, donde descansan los restos de Carlo en el Santuario de la Spogliazione, miles de peregrinos visitan su tumba cada año. El legado de Acutis continúa creciendo, como lo demuestra la parroquia que lleva su nombre en Chicago, donde estudiantes como Sona Harrison se sienten identificados con su historia: “Desde muy joven estaba realmente atraído por Jesucristo. Asistía a misa todo el tiempo. Fue impactante leer sobre él”.
Con la canonización de Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati, el Vaticano envía un mensaje claro: la santidad no es ajena al mundo moderno, ni a los jóvenes, ni a las redes. Está en lo cotidiano, en la solidaridad, en el compromiso... y también en una computadora o un balón de fútbol. Domingo, 7 de septiembre de 2025
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